martes, 6 de enero de 2009

De Amores



Viejo Poeta

Quien podrá vislumbrar la puerta que están abriendo

El viejo poeta tras las sombras siempre se estaba en el hoy,

que solo algún destellado manotazo de alfombra pariera

los entretelones de una historia de amor, entre tantas otras.

Aquellos tiempos fueron nuevos decía, cuando los vio en

el jardín brillante desde su mirador privilegiado.

Desde ese vetusto auque fragante lugar se escribía y les escribía,

derribaba los mamotretos que las maquinas increadas querían sepultar todo entre su moral geométrica.

Hablo de sus corazones ya que los había palpado desnudos sobre el altar de Dios y sabía por lo que eran perseguidos,

“tan solo por mostrar que se amaban”

y eso creaba su ola destructiva contra el odio y la omnipotencia de los mayores grandes.

El viejo poeta comento a su esposa de aquella noche y esta lo juzgo de ilusorio y hadesco y siguió en su cotidianidad tan preciada y segura eso si muy acicalada mortalmente purificada.

El sintió miedo y la soledad mas húmeda recorrió su cama como un lambido del averno que lo sumergía en el olvido y la postergación de todo asomo a esa intangible pureza.

Despertó al siguiente dia si haber reposado un solo dedo y cansado, arrastrándose se asomo al mirador de nuevo.

La bruma corría en la mañana despertando al sol que calentaba su frisa cara y los vio en lo que parecía una especie de fumata sonriendo desnudos sobre su amor prohibido y calentando entre sus dedos en uno la guirnalda para la fiesta del desconcierto

y vio como otros se les aproximaban sonreían con ellos sin miedo.

Solo entre ellos y El vio ahora un puente y olor como a rosas que se le pegaban ahora a u piel nueva.

El solo dejo que su mano lo dijera y el se iba con ellas.

El se iba con ellas.

A la semana el Viejo fue encontrado ante una pared de la ladera con el rostro sedado y muerto.

El medico dijo su corazón no había resistido era muy viejo.

Cuenta algunas leyendas de aquel lugar que hoy en día los enamorados que van al lugar con una rosa y se duermen ven como un puente donde esta el viejo siempre sonriendo.

Ale २००९





Ora y sangra

Me he enamorado de los silencios.

Espuma entre los verdes mi corazón nuevo, rojo entre la prístina mañana de los latidos.

Me he enamorado de nuevo de las soledades, las presencias que palpo en la noche, lejos de las noticias de los errantes.

Me he enamorado de los pájaros para atarte sin tenerte. Cuando te nombro en la tarde de los silencios, mi vos se mezcla con las alas que se ensañan contra mi querer estar en los suelos.

Me he enamorado cuando encendías silencios tras silencios, ocaso de verdes en la tarde, pequeños bullicios de aves adormilándose por entre la hiervas cuando me hacías a mi silencio tras silencio.

Me he enamorado cuando me hacías presencia insondable de mi nada. Aparecían las sombras del estarse, las coses del asomo incoherente de las mentes, aquellos impenetrables caminos que habíamos andado juntos: eran ahora el asomo de un dolor de amante.

Me he enamorado de los silencios cuando me comunicabas en los hombres, me hacías palabra, ese tierno desprender de los astros.

En este estarse te estabas silencio, en el arrullo de la brisa, hasta en las pesadillas entre despierto y dormido con algunas palabras de duende.

II

Me he enamorado cuando me hacías silencio. El amor se juntaba de ruidos cercanos y noches como una sinfonía de lo absurdo, teniendo al amor por lo distinto.

Me he enamorado en la tarde nueva, cuando se amontonaba la ausencia premeditada de los ángeles.

Cuando entre tanta histeria amanecías en los árboles frescos de tus besos.

Me he enamorado de mis dolores, de los tuyos y en mis viajes cobijo tus sueños, los míos.

Me he enamorado de tu amor extraño de sensaciones de entenderos métricos, cuando en el agua veo mi rostro, el tullo.

Me he enamorado de tus silencios.

Tus silencios ahora son mimos cuando voy a ver los designios, o mis pobres en el lecho de olvido que te reclamo, como de tantas cosas que no te entiendo cuando me dejas tan solo de cristales.

। Ale 97.




De Amores

Desde temprano amanecido en mis manos

Te he buscado manantial en los duendes,

de algunos dolores entre mis heridas de Enero.

Heridas de amor que se me deslizan

aunque intento suavizar entre algunos soles

ciertas señales que me pueden.

Desde tus ojos mansos

Suele subir mi beso como escondiéndole a las

aves nocturnas que emigran desde el ocaso.

Imperios se disuelven ante las horas de amores

Y una brida se clava en los senos fecundos

hoy caminan por los desiertos mis ojos atiborrados de nuevo.

Desde que soy herida de amores

Suelo sentirme en tus sentires y ya no duermo

Solo descanso en tus brisas.

Desde los cuerpos de los niños un tanto celestes

Sube tersa mi mano sobre la tuya

Y eclipsa un poco mi dolor pero no mi herida

La de todos.

La de todos.

Ale 2009-01-०७



10 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué linda foto! Me fascinan ésas en sepia o blanco y negro, que tienen historia, tiempos, recuerdos, imágenes que hablan...
Leo tus escritos con la avidez curiosa que me caracterizó siempre! Quiero más!

liliana dijo...

hola amigo me encanto la fotito con tu prima ,como siempre te quiero

kafrune dijo...

Estimado
siguen siendo sus palabras melodias perfectas, me alegro haberlo encontrado no sin la ayuda necesaria de una amiga.
Saludos y siga asi, pues casi no quedan luces que dejen estelas en papeles al viento

JOSE CUERVO dijo...

ale me ha gustado todo lo que he liedo. es profundo, denota analítica y mucho silencio gritado. Felicidades y un placer leerte.

Anónimo dijo...

Habia leido algunos de sus poemas. Donde empeze a mirarme en sus ojos inciertos y querer comprenderlo. Encontrar su blog un sueño... usted sabe que la magia de sus palabras me puede... lo quiero.

Anónimo dijo...

“Las musas existen. Existe desde luego el trabajo propio, pero algunas cosas las recibe el artista desde afuera. Desde luego, recibe lo que copia, lo que lee, recibe la influencia de otros escritores y de otros pensadores, pero también recibe impulsos extraños que vienen de adentro, voces extrañas que le soplan en el oído cosas que tienen quever incluso con el amor y con la muerte. El amor y la muerte son dos musas muy potentes. Si no estuviéramos obsesionados por el amor, y sino fuéramos mortales, difícilmente escribiríamos”.
Alejandro Dolina (lo leí y me acordé de tu blog...)

JOSE CUERVO dijo...

tiempo que no escribe el poeta argentino. está todo bien? como va el mundo interior? saludos peruanos.

Anónimo dijo...

"De amores" no sabía que se podía escribir un cuento en una poesia.

Anónimo dijo...

hola mi estimado compañero en el hermoso arte de la poesia y las melodias...halagado al saber que existe aun una persona que transcribe y comparte esa inspiracion unica de gran poeta a los ojos de ajenos a crear arte de tal profecionalismo,y al saber por comentario y ganas no faltan de poder deleitar mis oidos con sus melodias...

Un abrazo en la tranquera...

Facundo L.R Tellechea

Anónimo dijo...

"Viejo Poeta" quise decir