sábado, 27 de noviembre de 2010

Nacer de vereda y agua

Nacer de vereda y agua….



Deja tu estrella nacer en mi vereda
Será como tú quieras
Cuando se deslice de entre tu sonrisa
No puedo imponerte nada
No ves que me puedes.
Los teclados están llegando sobre las aguas
Con toda esa danza que nos lleva
Con esa suave canción que se hace nueva
Déjame cubrirte con mi entrega  y dejare que seas en mí ser.
 Remontaremos el rio que nos lleve al origen.
Ahí donde se nos es en nuestro hacer
Y bailaremos en la tarde sin calles frías ya
Como una barca dejaremos de decirle a la sombra
Para dejarnos  atiborrar por lo que no sabemos
Y ahí en ese silencio seremos
Para no sabernos más.





Como bailan esos tambores
El suave eco de tu amor
Que siempre me ha conocido
Cuando algunos pensaban que podía responder
No sabían de mis etéreos movimientos
Cuando pensaban que nos tenían prisioneros
Dejamos deslizar un tambor pequeño entre dedos de niño
en aquel yo yo de la esquina.

Caminábamos al revés
como ojos de un nuevo sistema sin preceptos.



Ya no digas no poseas
No puedes ya decirle a las cosas
El árbol te ha hablado con su mano amorosa de verdes.
Ángel de los ríos y de las aguas
Vierte ya tu morada en la mía, en las nuestras.




Me estas diciendo en una lagrima
Te has dado cuenta
O acaso es como siempre
Es el siempre que se esta agotando
O esa moneda que no puede llorar




Me estás diciendo en las nubes
En los girones que no manejas
O es que te has caído de nuevo
Es el siempre que nos han amontonado
O ahora es hora de sernos.





Me estas diciendo en ese susurro que has cantado
Te has dado cuenta
O es acaso que nos han ganado
Es el siempre para el que fuimos hechos
Solo se que ahora es tiempo de descansarnos
Y  solo mimarnos en el intangible presente
Que no nos sermonea
Que ya no nos dice nada.





Sed de ti en la barca de los sueños
Sed de ti cuando amanezco
Cuando me descuelgo entre mis temblores enamorados.
Misterios solo eso
Sed de los campos que nos han sido dados
Solo eso te deseo
Sed de vos y de todo lo que no poseas.



Los aplausos de las gentes
En los gestos de un viejo que tenían un sol dentro
Y que no tenia nada
Para los grandes tenedores de cosas
Para esos grandes que se pisan en los barros.
Después de todo que te puedes llevar hombre poderoso.
Si las manos son de los pequeños
Y ellos te sostienen para que tu peso no te detone sobre tu propio invierno.





Los has oído cantar
Seguro que están dentro
 los niños se mueven entre los teclados de los cementerios.
Los oyes
Te oyes
O tan solo te ves sin tu cuerpo.



Verte  entre tus labios
Y ladearme como un perro
Buscar tus migajas
Solo quedarme entre los muebles
Esperándolo todo
Como un todo de huesos que se reúnen para buscarte, para mirarte una vez más y después dormirme
Derramarme entre tus manos de miel.



Que rapto es escucharte
Como dejándose fecundar por lo que te precipita
Y te devuelve en un arroyo en el que te has nacido
Naciendo en la entrega
En la fracción de los ángeles que me deslizan
En las mariposas que aun puedo crear
Cuando te nombro.


Agua de tus besos
Mecerse  entre tus días
Caja de los aborígenes en la quebrada
Molestia en los oídos de los carnales
Agua de tus quenas
Barrilete de tus miserias
Como te has quedado sin noche
Como lo has hecho posible
Como te has olvidado de los pequeños
Misericordia de la vida que te amontona en tu sollozo.







Surgiendo en una fuente
En la cansada noche me veo albergándote
Y te veo en una casa fresca
En una de esas cálidas trenzas
Te me estas dando
Y te me das toda
Surgiendo en las frescas de los muelles
Como un barquito que hemos hecho en nuestras siestas.
Cuando no teníamos tiempos
Cuando no nos pesaba el silencio.














Las puertas pueden parecer cerradas
Pero si dejas que tu mirada las trascienda
Estarás bailando entre las nubes
Entre aromas de jazmín y humedad de los puertos.




2009-09-03 ale