lunes, 30 de julio de 2012

TIERRAS



De mi Tierra

Sueño dorado el de los dioses
Que se han cobijado tras las nubes
Y de entre sueños han sacado
Las musas de mi tierra.

Cielo, mar y alforja
De un terruño temprano
Cuando la plantita verdeaba
Mi suelo mojado.

Abreva mi País de la sangre
Que tantos han dejado
Y se duele en el pobre
Una lagrima de niño.

La mujer ha soltado su rezo
Como un destello en mariposa
Cruzando los sueños
De la novia de campo

Hoy es nuevo en el viejo
El sábado de fiesta del calendario
Que los cuentos de los sabios
Deslizaron por el sendero.

De mi tierra
De dentro de de ella nace el arrobo
La pirca, el dueño y en revuelo de nidos
Nace el sol de mi Pueblo.



Ale 2006-05-22





              Los Pasos

Fiebre en el lodazal de los pasos, como aves sin dueño nace.
Derrotan en la apariencia de una muerte que ha visto ya muchos pedazos de carroña disuelta.
Majestuoso intercambio de las piedras preciosas en una cuba nueva de aparecidos y sombras.
Sin saber se vuelve nueva
La Diosa eterna de los momentos que se acaecen de lluvia, adormilada en las pequeñas hojas del nuevo otoño que amanece.
Fuego en la mano enmohecida ya de dolores de parto
Esculpida en el mármol mortecino de un cementerio tras los riscos de la nada.
Decirse de una vida que pasa dando vueltas sobre los colores de la mariposa que ya se esconde para deshacerse en ceniza.
Ni la endiablada puerta del vaivén cotidiano la puede, si la puede un amor que durmió con ella en la húmeda alfombra de paso y se dijo en la tela de la obra de arte del pintor pequeño en la callejuela olvidada.
Los pasos que vas haciendo, unas en sombra otras en renuevo, socavando los cerebros que se atan de sistemas que amamantan con el miedo a que algo se les escape, hasta que una brisa les brume todo.
Pasos de sangre
Pasos de púa y lago.






Pasos que siembran en la tormenta de la historia y escriben en el manoseo de los papiros.
Por fin cierra la enamorada que todo lo envuelve
Hasta el trémulo paso del corcel asesino se quiebra en espanto.
Para dar paso a los pasos que se atesoran en el cristal de los corazones, que quedan después de la batalla esperando una nueva risotada, sobre el cemento quebrado de las mentes obcecadas.
Pidiendo esta la doncella que todo lo puede en la alfombra de lo indecible se puede en ella como dándose la vida que alguien quiso robarle.
Pasos en el piano bar. del músico que hoy se ha quedado solo llorando tras su instrumento incomprensible de horas y horas ajadas de oculto.
Duerme un niño tras la lluvia cortinada de la madrugada y el sueño traza nuevos pasos que algún día le enseñara a los descreídos.
Es hora de dar unos nuevos pasos.
Ya es hora. 




Barro


Barro simple en el lecho de un río olvidado por los ancestros.
Musgo de la tierra te reclama el amor que no pudiste por ser distinto.
Capitán de barcos sin tripulación en la oquedad premeditada de un mago que lo maldijo, por vaya a saber que sortilegio.
El barro es de muerte, como el leño humedecido y enmohecido  el río primo.
Sucumbieron al saberte cuando estabas solo e impotente como les gusta a los longevos señores de la oficina, de tantos pisos y tantas pisoteadas pero legalizadas mujeres.
Barro en el cuello del mendigo en el andén de los sabios donde suena su armónica ciega como El, pero que musita lagrimas de una niña que pasa mimosa.
Barro del choripanero que vende sueños en Liniers y seduce con su sabiduría callejera pero esbelta ciudad.
Que pensara la señora que da de su sobra par calmar su conciencia, que un gusano orada cada noche cuando quiere dormirse con toda su tecnología y el free shop que jacta su mirada en el dólar mal ávido.
Barro en  el pequeño niño que revuelve la basura de una pizzería con la musarela de los que permitieron que fuera al tacho.
Badea el lugar un señor que gasta en el bingo sus miles y se ríe porque no le duele nada o mas bien le duele todo y no lo sabe, hasta que una caja muy pulcra lo ponga como a todos en el barro mismo.
Mar en el cielo de los pobres que braman ante la estrella que vislumbran desde su pequeño fuego y se mecen entre los dulces de un acalorado verano en las claras aguas del riachuelo ahora para ellos nuevo.
Se asoma el tapado de animal curtido o chinchilla dolor de la señora tintada en el plenilunio del centro.
Barro del tamboriteo viejo de un nene y el en la pandereta de una niña se hacen cielo entre tanta mierda.
Barro
Vida
Atardecer en el pueblo de los silencios
Aquel pueblo de donde nacen los sueños.

Ale 2005-06-02